Atila, el azote de Dios

Atila, nacido a principios del siglo V, fue llamado “azote de Dios” porque devastó el decadente y corrompido imperio romano con sus incursiones guerreras. Instruido y supersticioso al mismo tiempo, fue el prototipo de la barbarie.

atilaDe sí mismo Atila había dicho: “Donde mi caballo posa su planta no vuelve a crecer la hierba”. Odiaba el imperio romano, en cuya corte se había criado. Le fue rechazada la pretensión de casarse con Honoria, hermana de Valentiniano III, y el emperador Marciano hubo de responder a sus amenazas: “Tengo oro para mis amigos y hierro para todos mis enemigos”. Atila atacó el imperio por todos sus flancos después de haber sido derrotado por godos y romanos en los Campos Cataláunicos, cerca de Chalon-sur-Marne. Llegó hasta a Aquilea, pero la intervención del papa León I pudo impedir que siguiese adelante. Jornandes, historiador contemporáneo, le hizo este retrato: “Pequeño de estatura, ancho de pecho, ojos diminutos contrastando con una cabeza de grandes proporciones. Poca barba y poco pelo sobre una piel macilenta”. Murió celebrando una orgía, a las que era aficionado.

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