Isabel I, reina de Castilla, nació en Madrigal de las Altas Torres, el 22 de abril de 1451, y murió en Medina del Campo, el 26 de noviembre de 1504. Impulsó una unidad de España, incrementó la cultura y favoreció la empresa de Cristóbal Colón.
Tres fueron los principales objetivos de esta reina: la unión de Castilla y Aragón, que logró por su matrimonio con Fernando II, la conquista del reino moro de Granada y el fortalecimiento de la monarquía. La idea de la unidad de España inspiró en todo momento al ánimo de esta inteligente y virtuosa dama, cuya sencillez no desdeñaba los oficios domésticos más triviales,, como el de hilar las camisas de su esposo. Valerosa al mismo tiempo, castigaba inflexiblemente todo desmán, sobre todo en los nobles intrigantes y revoltosos. Su virtud se acendró por el sufrimiento causado por la muerte del príncipe Juan y la de su hija Isabel. Un contemporáneo suyo, el escritor y diplomático italiano Baltasar de Castiglione, la describe: “No ha habido en nuestros tiempos en el mundo más glorioso ejemplo de verdadera bondad, de grandeza de ánimo, de prudencia, de temor de Dios, de honestidad, de liberalidad y de toda virtud, que esta famosa reina.”