La “inacabada” obra de Franz Schubert

La música experimentó una verdadera pérdida cuando este extraordinario compositor austríaco se extinguió a la temprana edad de treinta y un años. Su famosa sinfonía llamada la “Inacabada” ha quedado como un símbolo de la vida truncada de su autor.

Tan lamentable como su prematura muerte fue la falta de protección que marcó la vida de Franz Schubert (1797-1828), extraordinario genio musical. Recibió sus primeras lecciones de música de su padre, un modesto maestro de escuela, y de un hermano mayor. Dotado de maravillosa voz, a los once años entró en el coro de la Capilla Imperial. Estudió en Viena con el maestro Salieri, el mismo que formó a Beethoven, y era tanta su pobreza que sus condiscípulos le pagaban el papel para que compusiera. En un solo año, cuando contaba sólo dieciocho, compuso dos sinfonías, seis óperas, más de ciento cuarenta “lieders”, además de abundante música religiosa y de cámara. No se comprende cómo un genio tan extraordinario no obtuvo la protección que otros menos valiosos hallaron con mayor facilidad. El mismo Goethe, a quien Schubert hizo el honor de poner música a una de sus obras, no se dignó contestar ni agradecer la carta con que el compositor le anunciaba el acontecimiento.

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